Mi primer café del día hoy, es, después de comer. Un momento tranquilo (bueno, no siempre 😅).
En este momento, ya que es lunes y los lunes son mi día de organizar (agenda del estudio, cosas pendientes, actualizar calendario, colocar clases nuevas o clases que se tienen que cambiar de hora, médicos, taller, compras, cole…etc) aprovecho también para pensar en la semana no solo por delante si no, en la que queda atrás. De cada semana siempre quedan cosas agarradas a mi alma, esas cosas que te enseñan, que te marcan.
Y sí, esta semana pasada ha sido una semana de la que me han quedado señales y momentos de aprendizaje único. A nivel profesional siempre voy aprendiendo, día a día y con la evolución de los alumnos, es como un tándem, no hay camino si no pedaleamos juntos… pero amigos… esta semana pasada, sobretodo, mi aprendizaje ha sido como ser humano.
El estudio está siendo un lugar increíblemente mágico. Increíblemente vivo, y cada día, respira mucho más independiente, es alucinante. Me trae personas maravillosas, alumnos que sobretodo, a parte de evidentemente, la necesidad técnica (dentro del canto y la voz o la comunicación y la expresión) traen un mensaje emocional y un trabajo emocional muy, muy potente, el otro día se lo comentaba a una de las alumnas que me dejaron huella esta semana, por cierto.
Por norma, lo tengo todo bastante estructurado, se las clases fijas que hay por delante, los alumnos que van a venir, la estructura de la clase, el trabajo a hacer… pero también, claro… hay días que llegan clases sueltas, alumnos que vienen a trabajar algo muy concreto, gente nueva, nuevos proyectos, nuevo taller o grupo… y aquí reside también la vida auténtica de la casa de lawela, en esta vida que dan los cambios y los días más improvisados.
Me siento súper agradecida de poder estar ayudando a lograr sueños, a formar identidades, porque sí, la música es un pilar increíble y un lugar de confort para muchas personas. Gente mayor, niños y …. adolescentes.
Cuando hay un hijo adolescente o preadolescente, siempre recomiendo la música o el deporte. Si es en grupo genial, pero también individual. Trabajar en sus propias necesidades y trabajar en sus inseguridades como individuos tendría que ser una asignatura obligatoria en la educación. Y la música lo da. Cuando viene un padre de un chaval o chavala adolescente o pre- y me dice: «-no se si le gustará, no le gusta nada, no quiere hacer nada, no tiene ilusión por nada, por eso lo/la traigo, a ver si se ilusiona. Lo único que hace es escuchar música y cantar.» me da muuuucha pena! Señor: Escuchar música y cantar es su vía de escape y ahí tiene la puerta hacia la motivación de su hijo/hija. Luego ya veremos hacia donde va pero de momento, debemos darle toda la importancia y el respeto a su maravillosa elección. Cuando somos jóvenes, necesitamos saber quién somos, reafirmar nuestra identidad, sentirnos parte de un… ¿mundo raro de adultos?… y por su puesto, JAMÁS, sentirnos o que nos hagan sentir un bicho raro. Así que: Señor o señora padre/madre del chaval: primeramente, hay una clara falta de observación y escucha hacia su hijo. Pongase en su lugar, en sus 12-13 años, en su necesidad de aprovación, en su necesidad de «ser mayor» o simplemente de ser, y después, si la elección o la necesidad de su hijo es SANA, acompáñele! Y dígale que es genial que tenga una motivación. La frase tan devastadora de: «no le gusta nada, no hace nada, no quiere nada, sólo escucha música» tendría que cambiarla ya hacia usted, su hijo y su discurso paterno a: «A mi hijo le encanta la música! es lo que más le gusta hacer, lo que más le motiva, lo que le hace más feliz…»
Empecemos por ahí. Empecemos a valorar sus opciones, a respetar y acompañarle en su camino hacia sí mismo.
Todos venimos de ese estado. Algunos tuvimos opciones y escucha, pero muuuuuuuchos no. En nosotros como padres, amigos, tios, etc… está el cambio. #escuchale #ayudandoaser #sermayor #musica #identidad